En los procesos selectivos para
poder optar a una plaza de funcionario de carrera en la administración pública
suele haber un ejercicio que se conoce como el de “bolas”. En este ejercicio,
que suele ser de los más exigentes sino el que más, el opositor debe escribir
y/o exponer oralmente un número concreto de temas (bolas) seleccionados al azar
de entre todos los posibles temas que engloban el temario de la oposición.
La principal dificultad reside en
que el número de temas suele ser elevado. Además, como generalmente se sacan
más bolas que temas a desarrollar en el examen, se suele exigir que todos los
temas seleccionados por el opositor se expongan con gran detalle para poder
aprobar el ejercicio. Sin olvidar que se trata de un proceso selectivo donde no
solo hay que aprobar sino estar dentro de las posiciones que dan lugar a una
plaza.
Teniendo en cuenta que preparar
cada tema con suficiente detalle y, a su vez, ajustado al tiempo del que se
dispondrá en el examen requiere dedicación y capacidad de memoria, el opositor
puede plantearse reducir el número de temas a estudiar en función de la
probabilidad de pasar el ejercicio.
Supongamos el siguiente ejemplo:
Una oposición para la
Administración General del Estado que consta en su “ejercicio de bolas” de 30
temas para la parte general y 75 para la parte específica. De la parte general
se extraen 2 bolas al azar y los opositores deberán seleccionar 1 de ellas. Por
otro lado, de la parte específica se extraen 4 bolas al azar y los opositores
deberán seleccionar 2 de ellas. En total, los opositores deberán desarrollar 3
temas en 3 horas.
Para poder visualizar mejor las
probabilidades tendremos en consideración 3 opositores: Manuel, Patricia y Rubén. Además, contemplaremos 20
sorteos diferentes representando la distinta suerte de estos opositores en un
número equivalente de posibles universos dentro del multiverso.
Para relacionar la probabilidad de aprobar el ejercicio con el número de temas estudiados, tendremos que separar los temas de la parte general de los temas de la específica, y en cada parte definir el espacio muestral.
En la parte general (2 bolas se extraen y 1 se escoge) el espacio
muestral es muy simple:
Suspenso: las 2 bolas se corresponden con temas
no estudiados;
·
Aprobado: la bola A se corresponde con un tema
estudiado y la bola B con uno no estudiado;
·
Aprobado: la bola A se corresponde con un tema
no estudiado y la bola B con uno estudiado;
·
Aprobado: las 2 bolas se corresponden con temas
estudiados;
Así, lo más fácil es seleccionar
el caso del supuesto suspenso y calcular la probabilidad del suceso:
n = nº de temas totales (en la parte general serían 30)
A continuación, para calcular la probabilidad de aprobar la parte general, simplemente le restamos a 1 el valor previamente calculado:
En la parte específica (4 bolas se extraen y 2 se escogen) el espacio muestral es más grande. En este caso usaremos una tabla para ver los posibles sucesos por los que se suspendería:
El resto de los sucesos no
incluidos en la tabla implicarían aprobar esta parte específica:
- Haber estudiado 2 de los 4 temas (6 sucesos posibles[1]);
- Haber estudiado 3 de los 4 temas (4 sucesos posible);
- Haber estudiado los 4 temas (1 suceso posible).
De nuevo lo más fácil es
seleccionar los casos de supuesto suspenso y calcular sus probabilidades. La
suma de todas ellas será la probabilidad de suspender la parte específica; por
lo que para obtener la probabilidad de aprobar la parte específica sólo
tendremos que restarle a 1 dicho resultado:
x = nº de temas no estudiados;
n = nº de temas totales (en la parte específica serían 75)
Por tanto, la probabilidad de
suspender la parte específica sería:
Y la probabilidad de aprobar la parte específica sería:
Finalmente, como la probabilidad de aprobar la parte general y la específica son independientes, nos quedará multiplicar ambas probabilidades para obtener la probabilidad global de pasar el ejercicio:
Y si queremos saber la
probabilidad en forma de porcentaje, solo tendremos que multiplicar el valor
obtenido anteriormente por 100:
Así, una vez
desarrolladas todas las fórmulas, veamos las probabilidades de aprobar el
ejercicio que tienen a priori nuestros tres opositores:
Para intentar reflejar mejor los números y/o probabilidades desarrollados anteriormente, consideremos ahora el concepto del multiverso como posible[2]. En él se concibe la existencia de infinitos universos paralelos y, por tanto, la presencia de infinitos planetas habitados similares al nuestro, donde se ejecuta cualquier permutación posible de cualquier decisión vital que tomemos.
Esta idea del multiverso es una de las muchas consecuencias de las observaciones cosmológicas. Se basa en teorías contrastadas como la mecánica cuántica y la relatividad. Además, cumple con los criterios básicos de la ciencia empírica: predice y es falsable.
Esta idea del multiverso es una de las muchas consecuencias de las observaciones cosmológicas. Se basa en teorías contrastadas como la mecánica cuántica y la relatividad. Además, cumple con los criterios básicos de la ciencia empírica: predice y es falsable.
Existen distintas teorías para
describir el multiverso y éstas se pueden representar por niveles[3]. En los
diferentes niveles se tienen en cuenta, a su vez, distintas escalas, tanto en
el espacio real o en el reino abstracto de la ramificación cuántica, posibles
variaciones de las condiciones iniciales y de las constantes físicas, e incluso
se consideran universos paralelos que difieren de las leyes de la física
actuales.
Dada la elevada complejidad de los
distintos niveles que se teorizan para el concepto del multiverso, vamos a simplificar
y asumir que nuestro mundo no es más que uno de los posibles universos
permitidos por los principios de la física cuántica, los cuales existen
simultáneamente en el espacio infinito de probabilidades.
Así, llevaremos a cabo 20 sorteos
distintos para el “ejercicio de bolas”, cada uno de los cuales podría
relacionarse con una medida y, a su vez, con el destino de nuestros opositores en
una muestra de posibles universos paralelos.
En este caso, los resultados
obtenidos en los 20 sorteos se ajustan muy bien a las probabilidades teóricas de
aprobar descritas para Manuel, Patricia y Rubén (100 %, 77 % y 89%,
respectivamente). Así, Manuel sería, lógicamente, un hombre feliz en los 20
universos paralelos observados, mientras que Patricia y Rubén no estarían tan
contentos en alguno de esos mundos. En concreto, Patricia aprobaría en 15 de
los 20 universos paralelos (75 %) y Rubén en 18 de los 20 universos paralelos
(90 %).
Por suerte para nuestros tres opositores,
el sorteo que deparó el ejercicio en nuestro mundo permitió a los tres
aprobar…y fueron felices y comieron perdices…y disfrutaron de días moscosos.
Referencias:
[1] Para
calcular el número de sucesos posibles se tiene que usar la fórmula de
permutaciones con repetición. Para este caso sería P4 (r: 2, 2) =
4!/(2! * 2!) = 6.
[3] Max Tegmark, ¿por qué el multiverso? Universos paralelos. Investigación y Ciencia, nº 322, julio de 2003.
[4] Las gráficas han sido generadas con Rstudio (https://www.rstudio.com/)
[5] Los iconos de los opositores se han seleccionado de la página web https://www.freepik.com
[6] Los personajes y hechos
retratados en este artículo son completamente ficticios. Cualquier parecido con
personas verdaderas, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario